El cardenal Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Religiosos, dijo a la revista de mujeres que publica mensualmente L'Osservatore Romano que Francisco ordenó la creación de una casa en Roma para monjas que dejaron sus conventos.
Aviz afirmó que son “de la calle”, especialmente si son extranjeras. Según él, a veces están “completamente abandonadas”.
“El gesto del papa Francisco es maravilloso”, exclamó un excitado Aviz, afirmando que “también hubo algunos casos de prostitución para mantenerse”.
Si esta declaración es cierta, se refiere a mujeres que prefirieron la prostitución en vez de regresar a su país de origen, una prueba que su “vocación” era desde el comienzo solamente un intento de obtener una visa en Europa.
Imagen: © Mazur, CC BY-NC-SA, #newsCkxxaiivwz