Francisco, de 87 años, interrumpió otro discurso el 12 de enero por motivos de salud.
"Me gustaría leer todo el discurso, pero tengo un problema", dijo a la audiencia, "tengo una ligera bronquitis y no puedo hablar bien".
El 13 de enero se encontraba lo suficientemente bien como para dirigirse al clero de Roma en la basílica de San Juan de Letrán, que suele evitar como el diablo el agua bendita.
En varias reuniones del nuevo año, Francisco distribuyó sus discursos a los participantes en lugar de leerlos.
A finales de noviembre, Francisco canceló su viaje a la Cumbre Mundial sobre el Clima de Dubai, alegando una infección pulmonar.
Traducción IA