El Vaticano de Francisco alcanzó en el 2018 un déficit récord de 70 millones de euros, en un presupuesto de 300 millones.
Las razones: Francisco estropeó la reforma financiera del Vaticano y las donaciones están cayeno, porque los donantes católicos se niegan a pagar por sus aventuras anticatólicas.
Un Francisco populista quiere contratar “más laicos”, pero esto llega con un precio: los salarios de algunos “laicos” llegan a 15.000 euros por mes. El Vaticano tiene alrededor de 5.000 empleados.
Por ahorrar un poco de dinero, un domingo se cortó el tiempo extra de dos operadores de ascensores del Vaticano, y Francisco se quedó atascado en el ascensor sin que nadie lo rescatara.
Un cardenal criticó la decisión [populista] de Francisco de prohibir la venta de cigarrillos, lo cual privó al Vaticano de una fuente segura de ingresos. Solamente que “los cigarrillos se venden todavía porque alguien de categoría está interesado en ellos”, le dijo el 20 de setiembre al sitio web IlGiornale.it.
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