La Iglesia original está hecha de pecadores, incluso de traidores, como Judas. Eso se ve a lo largo de toda la historia de la Iglesia. Luego están las sectas que se creen iluminados y puros. Se construyen su propia Iglesia cada vez que ven los pecados de la autoridad. Como los Fariseos, Cátaros, Donatistas, Lefebvristas, etc. Porque son ellos los puros que "deben dirigir" la Iglesia de Cristo. Para ellos Dios es impotente, porque permite que en la jerarquía de su Iglesia pecadores y traidores.
Para ellos también Cristo es impotente porque reconoció a Caifás como Sumo Sacerdote, que había sobornado a los Romanos, para ser Sumo Sacerdote quitándole el cargo a su suegro Ananías.
Los católicos creemos que Dios gobierna su Iglesia a pesar de los pecadores. Los sectarios creen que Jesucristo tuvo que huir de su Iglesia a causa de los traidores pecadores, qué Dios impotente el vuestro.
Los católicos creemos que la Iglesia será crucificada como su Señor. Por eso sus fieles no se bajan de la cruz, aunque Satanás siempre tienta, diciendo: “¡Bájate de la cruz! Esa es la falsa Iglesia, abandónala. En la verdadera Iglesia no hay traidores, somos todos puros”.