Es verdad que hay muchas cosas que nos unen, pero hay que matizar que solo la Iglesia Católica tiene la plenitud de la salvación, los sacramentos. Ahora, somos muchos los católicos en el mundo que guardan la validez de los sacramentos, como es el caso de los Ortodoxos... pero también hay protestantes que ya no cuentan con la valides de la sucesión apostólica..., y es aquí donde hay que aplicar lo que la Iglesia siempre ha enseñado, que son necesario los Sacramentos del Bautismo..., etc. para la salvación. No todo vale..., ni la Iglesia Católica se pone al mismo nivel del protestantismo. La Iglesia Católica es la continuación de Cristo como única arca de Salvación. Bergolgio sigue le juego del falso ecumenismo... esto no es de Dios. Dios quiere que tosas las almas se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad 1Tim 2,4. y esto solo se puede lograr predicando la Verdad.

La Redención es universal, la Salvación es personal; la fe nos eleva al orden restaurado en Cristo, pero las gracias sacramentales nos reconcilian con el Padre. Esa es la diferencia entre los católicos bautizados en Cristo y los demás cristianos cual pueblo de fe del A.T. sin reconciliación, a la espera de la infinita misericordia divina después de la muerte. Nuestra certeza católica es tan débil como la vida misma, y así debe ser para el sostén de la humildad; pero la certeza católica no significa la certeza de los que no lo son, porque así como podemos proclamar santos, no tenemos autoridad para proclamar condena.

Vivimos en la misma calle, pero a muchas cuadras-manzanas de distancia. Nos podemos saludar, ser amigos, tomarnos un café en un bar,... pero no pueden entrar en el comedor de nuestra casa.

Sin embargo los ortodoxos viven en el mismo edificio que nosotros pero hay un grueso tabique de incomprensiones y disputas mutuas durante siglos. Ellos entran a su casa por una puerta distinta a la nuestra, oímos sus cantos de alabanza a Dios, pero tirar el tabique que nos separa es saber perdonarnos mutuamente, tener detalles de cariño, desligarse del poder político-iglesias nacionales... Se intentó una unidad entre ellos auspiciada por el Patriarca de Constantinopla que sería al que todos tendrían que obedecer. Pero esa reunión no llegó a realizarse.

Algún día -cuando Dios quiera- ese tabique caerá. Somos vecinos pero tampoco pueden entrar en nuestro comedor.