El informe sobre abusos en Alemania se descalifica a sí mismo: Los cuatro casos construidos contra Ratzinger
Primer caso: Un sacerdote fue condenado a prisión en los años 60 por delitos de homosexualidad. Una vez cumplida la condena, el cardenal Döpfner de Múnich lo transfirió al extranjero. Durante el mandato de Ratzinger, el sacerdote pidió que se le permitiera pasar su jubilación en su patria bávara. La petición fue concedida a finales de los años 70.
El informe afirma falsamente que Ratzinger conocía al delincuente porque pasó unas vacaciones en su ex parroquia. La verdad: esas vacaciones fueron en agosto de 1982, cuando Ratzinger ya no era arzobispo de Munich. El informe también acusa a Ratzinger por el hecho de que al regresar a Baviera se dio al sacerdote el tratamiento de “párroco” [corresponde en Alemania a “Padre”], lo que se presenta falsamente como un “título honorífico”.
Ratzinger declara que no sabía por qué el sacerdote homosexual había trabajado en el extranjero. El sacerdote nunca recayó. El asunto se exagera como un “caso”, mientras que incluso el informe describe a Ratzinger “como exonerado en su totalidad”.
Segundo caso: Un sacerdote de la diócesis de Essen fue condenado a principios de los años 70 por “intento de fornicación con niños e injuria sexual” y cinco años después por exhibicionismo. Según el informe, Ratzinger aceptó que el sacerdote trabajara en Múnich, donde recayó. Un tribunal le condenó a una pena de prisión suspendida. Se sometió a un tratamiento psiquiátrico y trabajó como profesor de religión. Benedicto XVI niega haber sido informado plenamente sobre el caso de Essen, afirmación que es discutida.
Tercer caso El sacerdote de una diócesis extranjera, cuyo obispo era su tío, había sido condenado a una pena en suspenso en su país de origen por abuso de menores. El tío obispo pretendía que su sobrino fuera trasladado a Múnich para realizar estudios de doctorado. Ratzinger accedió a la petición. El sacerdote también fue destinado a la atención pastoral como capellán. En Múnich se le observó bañándose desnudo y procurando tener contactos privados con monaguillos. Como consecuencia de ello, fue despedido y se le prohibió cualquier trabajo pastoral. El peritaje afirma sin pruebas que Ratzinger “conocía” la condena en el extranjero.
Cuarto caso Un sacerdote de Múnich fue condenado por tomar “fotografías lascivas” de niñas menores de 14 años. Ratzinger lo trasladó a una residencia de ancianos y a un hospital. Vivió en una parroquia donde también presidía la Eucaristía. El informe acusa a Ratzinger de “fracaso” o “indiferencia y desinterés”, de nuevo sin presentar hechos.
La conclusión: Los alemanes han elaborado otro “opinión de un experto sobre abusos” que se descalifica a sí mismo.
Imagen: 27.02.2013 © Mazur/catholicnews.org.uk, CC BY-NC-ND, #newsBhcecnzbxx
