La Globalización y la Destrucción del Orden Jurídico y Moral en la Argentina.
Presentación del libro “La Globalización y la Destrucción del Orden Jurídico y Moral en la Argentina”, del Dr. Rafael Breide Obeid, por el Dr. Alberto Solanet.
Mi amigo Rafael Breide Obeid me ha distinguido para que le presente este libro que condensa de un modo claro y didáctico las causas y consecuencias de la destrucción del orden jurídico y moral en nuestro país. Aprovecho para homenajear al autor por toda su obra escrita, por su docencia, y como titular de Gladius, que este año cumplió 40 años al servicio de la verdad. Saludo a quienes hoy nos honran con su presencia.
Me parece muy atinado lo expuesto en el párrafo preliminar acerca del concepto de “tiranía”. Viene bien distinguir entre tiranía y dictadura. La primera es mala en sí misma, la segunda puede ser buena o mala según el ejercicio. El dictador puede ser un tirano o no serlo. No depende ser dictador o tirano de la forma en que fue elegido el gobierno. En este momento en la argentina estamos bajo el ejercicio tiránico del poder, por más democrático que haya sido el acceso al mismo. En realidad la peor de las tiranías es la tiranía del centro o la tiranía del relativismo que hoy padecemos.
Le sigue un capítulo dedicado al marco jurídico y político de la demolición para Hispanoamérica. Los pueblos hispanoamericanos participamos de una misma tradición cultural, adherimos a una común escala de valores, hechura de la hispanidad, molde, que la revolución cultural dominante en el mundo, tiene en la mira destruir definitivamente, cortar de cuajo cualquier herencia de ese origen. Como símbolo de este descastado proyecto, y para que no queden dudas y sin temor a lo grotesco, en esta ciudad, por expresa decisión presidencial, hace algunos años, la actual vicepresidente, que entonces detentaba aquel cargo, ordenó desguazar la estatua de Colón. Menos mal, que en virtud de la queja generalizada, terminó ubicándose en un lugar digno, de cara al Río de la Plata. Hoy el 12 de octubre ya no es “Día de la Raza” o “Día de la Hispanidad” sino “Día de la Diversidad Cultural”: huelgan los comentarios.
Como sostiene Breide, la revolución cultural es mundial, y viene de lejos, y en la argentina cobró un formidable impulso en los últimos veinte años, en el marco de la más refinada estrategia gramsciana. Sus ideólogos tuvieron en el kirchnerismo diestros ejecutores. Decía Gramsci: “Habrá que meter pie en el aparato del Estado, en los medios de expresión de la opinión pública, en las universidades, en los colegios, en las parroquias, a través de las instituciones. La revolución habrá de ser preparada con cálculo de alquimista, desmontando pieza por pieza la sociedad civil, infiltrándose en sus mecanismos, para cambiar la mentalidad de la mayoría (…) Hay que conseguir corroer y destruir la cosmovisión preexistente, es una lucha intelectual que apunta a la eliminación de los principios fundamentales que constituyen la estructura mental de la sociedad, lograr el desprestigio de la clase hegemónica, de la Iglesia, de las fuerzas armadas, etc.”
En Argentina, sin pegar un solo tiro, han consumado la revolución más profunda y destructiva de la historia. La institución de la familia, fundada en el matrimonio indisoluble de varón y mujer, basamento indispensable de una sociedad ordenada, que ya viene sufriendo una persistente erosión desde hace años, ha recibido el más certero golpe con la sanción del matrimonio homosexual, prosiguiendo con figuras a cual más extravagante. La promoción del aborto y una serie de normas contra natura, que han entrado en vigencia de distintos modos, quedaron plasmadas en el nuevo Código Civil que impulsó el gobierno y el ex Presidente de la Corte Suprema, Dr. Lorenzetti, quien de paso, editó una versión comentada en doce tomos, también se trata de un hombre de negocios.
Todo ello sucedió con el apoyo explícito o tácito de casi toda la dirigencia política y, lamentablemente, con la indiferencia de gran parte de la ciudadanía, lo que facilita su arraigo en las mismas entrañas de la sociedad, lo cual resultó uno de los mayores logros de los ideólogos de la revolución. Pero este ataque mortífero al centro neurálgico de la sociedad no viene solo. En todos los órdenes se advierte lo mismo, como surge de la lectura del libro.
En los programas de educación, acordes con estos desvíos, instrumentos eficaces de corrupción de nuestra niñez y juventud, donde se incentiva la indisciplina, se tergiversa la historia y se imponen aquellos “modelos de familia” contrarios al orden natural y a la ley de Dios. Se advierte en los medios masivos de comunicación, impulsores de modas y comportamientos chabacanos y desordenados, a los que ya nada ni nadie parece resistirse; también en la creciente circulación de la droga, a la que ahora se busca incentivar a través de la despenalización del consumo; en el quebrantamiento permanente del principio de autoridad, en las familias, en los colegios, en las instituciones, en la calle.
Se advierte en el enfrentamiento contra la Iglesia Católica, cuya influencia y ascendiente en la sociedad se ha reducido notablemente. Ante esta triste realidad, en medio del silencio, se alza la voz, entre otros, del Arzobispo emérito de la Plata, Monseñor Héctor Aguer, quien, semana a semana, denuncia crudamente estos atropellos y predica la verdad sin eufemismos, en cumplimiento de su misión providencial de formar a los hombres para la construcción de una sociedad justa iluminada por la luz del Evangelio.
El Cardenal Sarah ha dicho: “La Iglesia muere porque los Pastores tienen miedo de hablar con verdad y claridad. ¡Tenemos miedo de los medios de comunicación, de la opinión pública, de nuestros hermanos! Pero el buen pastor da su vida por las ovejas (…) Pronto seré llamado ante el Juez Eterno. Si no transmito la verdad que he recibido, ¿qué les diré? Nosotros los Obispos deberíamos temblar ante la idea de nuestros silencios culpables, de nuestros silencios por conveniencia, nuestros silencios condescendientes con el mundo.”
Sujeto al estrecho margen de esta presentación, empiezo por reseñar en breve síntesis histórica atinente a la quiebra del orden jurídico en la Argentina como agregado a lo expuesto en el libro que hace referencia a la planificada y sistemática destrucción del orden jurídico y de las fuerzas armadas, reducidas a la impotencia tanto en lo material como en lo espiritual, consecuentemente la demolición del sistema de defensa nacional. Específicamente, Breide apunta al pacto entre Kirchner y Verbitsky como causa eficiente de este cometido.
Arribado el gobierno de Kirchner con un escaso número de votos, Verbitsky le aconsejó, para asegurar la gobernabilidad y lograr una plataforma de poder, que se apoyara en los Derechos Humanos como política de estado. Como resultado de este acuerdo siniestro, un verdadero pacto, diseñan una “política de derechos humanos”, cuyo primer paso -en lo militar- fue el descabezamiento sin miramientos de las cúpulas militares, y el segundo la imposición de un hecho de extrema sumisión política al jefe de estado mayor del Ejército Argentino, como fue el acto emblemático de bajar el cuadro del General Videla, el 23 de marzo de 2004, en el Colegio Militar de la Nación.
La política de “Derechos Humanos” sustituyó la vigencia del Derecho, el ataque mayor se concretó en el plano jurídico y judicial, convirtiendo a los tribunales federales en nuevo escenario de la guerra revolucionaria. Kirchner sostuvo que el objetivo del pacto no se podía cumplir sin empezar por la quiebra de la justicia. Para ello comenzó por descabezar la Corte Suprema cuya nueva composición avaló la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, verdaderas leyes de amnistía, que habían sido convalidadas y declaradas constitucionales más de una vez por la Corte Suprema de Alfonsín, con lo cual se produjo una brutal violación del orden jurídico en sus principios más básicos, en el marco del mas gigantesco prevaricato de la historia. Con la complicidad de jueces corruptos comenzó la violenta persecución y encarcelamiento de militares, policías, civiles, sacerdotes, acusados de delitos llamados de “lesa Humanidad” por hechos producidos durante la sangrienta guerra de los 70.
El mismo Estado que ordenó en su defensa la represión contra las fuerzas atacantes, a encarcelado a más de 2000 miembros de las fuerzas armadas y de seguridad, mientras esta misma justicia no ha alcanzado a los terroristas que esas fuerzas combatieron. Se trata entonces, de presos políticos entre los que debemos contabilizar, hasta ahora, más de 740 muertos en cautiverio. Digo hasta ahora, por cuanto el propósito de los ideólogos que hoy rodean el poder, es materializar el odio y la venganza con la muerte de todos.
Estos presos están condenados a morir en la cárcel, una muerte lenta. Mientras que quienes provocaron la guerra, son objeto de homenajes además de recibir millonarias sumas como indemnizaciones lo que conforma un suculento negocio que ha dado en llamarse “el curro de los derechos humanos”. Hoy muchos de los terroristas que asolaron el país, son gobierno. De ahí en más la discordia entre los argentinos creció sin límites, de la mano de un gobierno corrupto, de una clase política, sindicalistas, empresarios, medios de comunicación todos cómplices de esa corrupción, en el marco de una sociedad adocenada y complaciente.
La Justicia ha sido sometida a una manipulación ideológica y gravemente degradada por los avances de la corrupción política, todo lo que constituye un compendio letal que desemboca, inevitablemente, en la demolición de la República. A mayor abundamiento, acaba de reaparecer el cabecilla del terrorismo montonero Mario Firmenich en un reportaje de la Agencia Paco Urondo, uno de los asesinos de Rucci, en donde pontifica que “la ausencia de un contrato social es el campo minado fértil para la provocación de una guerra civil.”
Como sostiene Breide, la historia ha sido reemplazada por la memoria y el relato falsos. Una condición esencial es superar esa distorsionada mirada hacia el pasado, teñida de una interpretación sesgada, asimétrica y vengativa. Esto no se logrará pretendiendo reconstruir la historia según el color de un dogmatismo faccioso del presente, que interpreta los hechos según su particular ideología e intereses. Menos aún podrá cultivarse la paz interior si esta historia hemipléjica y plagada de odios, se introduce en las aulas escolares, en las universidades, en el cine, en los medios masivos de comunicación, hasta el hartazgo.
La Constitución Nacional asegura derechos y garantías a todos los habitantes de este suelo; sin embargo, para el Gobierno, para la Corte Suprema y los jueces que le son funcionales, hay un sector de argentinos que no están alcanzados por esa protección, quienes, como los esclavos de antaño, han sido señalados con la marca de “lesa humanidad”, originando una brutal discriminación. Estamos viviendo lo que le sucede a una nación cuando tolera y consiente que sus jueces se sometan al poder de turno: instituciones ausentes, criminalidad sin freno, inseguridad generalizada, leyes aberrantes, vicios transformados en virtudes, desorden extremo, ruina económica, discordia y odio crecientes.
Todo esto, señores, sabemos que no es casual, responde a un plan sistemático de demolición del orden familiar, político, jurídico, cultural y económico de nuestra sociedad, impulsado con prisa y sin pausa, al mejor estilo gramsciano. En definitiva, lo que el enemigo intento imponer por las armas en los años 70, aquí hoy lo ejecuta, como digo, sin pegar un solo tiro, sino infiltrándolo todo, especialmente la justicia. En el libro se hace referencia al decreto 1086, firmado en el mes de septiembre de 2005, por Kirchner como presidente, Alberto Fernandez como Jefe de Gabinete y Alberto Iribarne como Ministro de Justicia.
Apareció en el Boletín Oficial como un simple decreto de muy pocos artículos, denominado “Hacia un Plan Nacional Contra la Discriminación” (argentina.gob.ar/…acia_un_plan_nacional_contra_la_discriminacion.pdf) y hacía referencia a un anexo que no se publicó en el Boletín. El título y la referencia a un anexo, cuyos términos no se daban a conocer, resultó seriamente sospechoso. Desde la Corporación de Abogados Católicos nos preocupamos por obtener dicho anexo y debo decir que con dificultad pudimos hacernos de un ejemplar. Estábamos frente a un caballo de Troya, pues el anexo, un librito de 260 páginas, contenía un verdadero “Plan Maestro” de lo que se proponía realizar el gobierno en materia cultural y educación. Contiene medidas de acción inmediata y a largo plazo. Se había elaborado en el ámbito del INADI, bunker o “usina” de donde salen los más execrables proyectos que contaminan la cabeza de los argentinos.
No voy a comentar todas las materias contenidas en el documento, solo algunas que sirven para calificarlo. En primer lugar se conecta con los organismos del poder mundial de donde emergen las decisiones que se han impuesto en los países de occidente, en las llamadas políticas de género. Así se consigna que: “Las Naciones Unidas distinguieron públicamente a tres países por sus esfuerzos en cumplir con los acuerdos de Durban: Suecia, Noruega y la Argentina. (…) Con categoría de preparatoria a la Conferencia Mundial de Durban, se reunió del 5 al 7 de diciembre de 2000, la Conferencia Regional de Santiago de Chile. El preámbulo de su declaración reafirma el compromiso de abordar la discriminación por las manifestaciones de racismo, edad, el género, la orientación sexual.”
Entre las medidas de acción inmediata contenidas en el decreto encontramos: “Garantizar la educación sexual en las escuelas, a fin de que niños, niñas y adolescentes puedan adoptar decisiones libres de discriminación, coacciones o violencia, gozar de un nivel adecuado de salud sexual, asegurar la procreación responsable y prevenir el embarazo adolescente.”
Luego, en referencia a las docentes lesbianas, dice: “Las numerosas denuncias que hemos recibido nos hacen pensar que en el sistema educativo se practica la discriminación contra las docentes lesbianas, particularmente reflejada en la escasa disposición de los Consejos Provinciales de Educación para aplicar de manera eficaz los mecanismos para erradicar tales prácticas.”
Y, sobre la identidad sexual, señala: “Nuestra sociedad históricamente legitimó una concepción de sexualidad única, normal, sana y legal que se contraponía a cualquier otra concepción de sexualidad. Esta noción niega la evidencia de la existencia de sexualidades diversas y diferentes orientaciones sexuales e identidades de género. Desde la religión y la medicina se ha intentado definir y disciplinar la sexualidad clasificándola en dos sexos. Es preciso reconocer que existe en nuestra sociedad un espectro de diferentes expresiones de la sexualidad: gays, lesbianas, bisexuales, homosexuales, travestis, transexuales, transgénero, intersexuales, etc. Los sentimientos de rechazo y desprecio contra estos seres humanos se denominan homofobia.
Entre las reformas legislativas se propone:
- Promover la sanción de una ley nacional de unión civil para parejas de un mismo sexo con garantías y atribuciones similares que las parejas heterosexuales.
- Promover la sanción de una ley tendiente a modificar el art. 53 de la ley nº 24.241 del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones sobre Derecho a la Pensión, introduciendo iguales derechos para las parejas de un mismo sexo.
- Promover la revisión de la Ley de Ejercicio de Medicina (nº 17l.132) que impide las intervenciones quirúrgicas de cambio de sexo, a fin de avanzar en la formulación de una legislación que contemple la rectificación sexual como un derecho de las personas con identidades sexuales y de género diversas.
- Garantizar en el orden nacional el derecho de asociación que les cabe a todas las organizaciones nucleadas alrededor de la defensa y promoción de los derechos de las personas con diferente orientación sexual e identidad de género.
El análisis de este Plan Maestro merecería una conferencia entera, y no es del caso, solo agregaré que además de las propuestas citadas, arremete contra la religión Católica y auspicia una equiparación con otros cultos y con los llamados pueblos originarios. Así dice:
- Disponer lo necesario para mantener la neutralidad religiosa en los ámbitos oficiales, adecuando el uso de simbologías confesionales.
- Replantear la aplicación práctica del art. 2º de la Constitución Nacional y evitar privilegios económicos automáticos, otorgando adecuadas proporciones a los servicios sociales religiosos, independientes de su confesión.
- Iniciar una discusión ciudadana respecto de la aplicación y eventual reformulación del art. 2º de la Constitución Nacional.
- Implementar las acciones necesarias para que se respete el libre ejercicio de la espiritualidad de los pueblos originarios, evitando la imposición de credos que obstaculicen el libre ejercicio de la espiritualidad indígena.
Entre otras medidas también propuso la eliminación del Obispado Castrense. Al poco tiempo, Kirchner logro la defenestración de nuestro querido Monseñor Baseotto. En este elocuente compendio que comentamos, Breide denuncia como se va imponiendo en el mundo, como política global, el cambio de los patrones culturales de los pueblos, principalmente la religión católica y otros credos, en orden a encontrar una nueva religión universal, excluyendo a Dios, para que todo sea posible. Esta religión universal dará origen a nuevos paradigmas éticos.
En el ámbito de la Naciones Unidas, a través de sus agencias, comités de expertos etc., se creó una verdadera usina al servicio de la reingeniería social del nuevo orden mundial. Para citar alguno de ellos, quizá el que dio comienzo, al menos en forma institucionalizada, a este proyecto siniestro, fue el Comité de Seguimiento de la Convención Internacional contra toda forma de Discriminación de la Mujer, conocido por sus siglas en inglés, CEDAW, reunido en 1979. Era obvio que atrás de este título se escondían los verdaderos propósitos que se perseguían.
Se instrumentaron programas de planificación familiar y aquí el Comité interpretó que en esa expresión está incluida la anticoncepción, la esterilización y el aborto. Y en las recomendaciones generales del Comité, cuando se habla de los llamados derechos de la mujer, se incluyen los derechos sexuales y reproductivos, la salud reproductiva, la libertad o autonomía reproductiva. El término “salud sexual” se relaciona con la homosexualidad, bajo eufemismos como la libre orientación sexual y género, identidad de género adoptada o auto percibida. Desde luego, se exigió que a todas estas fantasías se les reconozcan derechos sociales y jurídicos.
Se han sucedido en estos últimos años muchas reuniones y recomendaciones en distintos lugares del mundo, que son patrocinadas por la Naciones Unidas y otras organizaciones que se citan en el libro que comentamos, como la “Agenda para el Desarrollo Sostenible”, que sucede a “Los Objetivos para el Desarrollo del Milenio”. Se fijó, como se consigna en el libro, un listado de 17 metas a conseguir hasta el 2030, lo que se ha llamado la “Agenda 2030”, entre lo más prioritario, la igualdad de género y empoderamiento de la mujer y acceso universal a la salud sexual y reproductiva, donde está incluida la homosexualidad y el aborto libre.
Como también cita Breide, la Argentina es un país de referencia en la adopción de los objetivos de desarrollo sustentable. Cada año elabora un “informe voluntario”, una suerte de rendición de cuentas ante las Naciones Unidas sobre la implementación de la “Agenda 2030”. Nuestro país acaba de presentar en Nueva York su Tercer “Informe Nacional Voluntario” para el seguimiento de los avances en el cumplimiento de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la “Agenda 2030”, como informó Notivida (NOTIVIDA - Argentina - Boletín de noticias) el formidable Boletín que conduce Mónica del Río, luchadora incansable, sucesora de un grande como fue el Padre Juan Claudio Sanahuja ("El desarrollo sustentable. La nueva ética internacional" - Padre Claudio Sanahuja - 2009 - Relacio…), que se transcribe en el anexo al final de este libro.
El Informe, de 357 páginas, comienza con un prólogo del presidente Alberto Fernández en el que ratifica la adhesión de Argentina a la “Agenda 2030” y resalta normas que el Gobierno Nacional impulsó para satisfacer “demandas históricas”, entre ellas, la ley del Aborto y la del Cupo Laboral Trans. También nombra al Decreto que permitió el DNI No Binario. Tras el prólogo de Fernández siguen los del Canciller Santiago Cafiero, el del Jefe de Gabinete Juan Manzur y el de Claudia Mojica, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en la Argentina.
Mojica pondera la “apropiación nacional” de la “Agenda 2030” y dice: “La Argentina es un país de referencia mundial en la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen hoy para la Argentina una política de estado (…) En nombre del Sistema de las Naciones Unidas en la Argentina, felicitamos al Gobierno y a la sociedad argentina por este Informe Voluntario”. En este informe se consignan las sumas millonarias que el Estado ha invertido en el cumplimiento de estos planes abominables, destinados a la descomposición de la sociedad argentina.
En 2019, se promulgó la Ley Nº 27.499, llamada “Micaela”, en homenaje a Micaela García, violada y asesinada en Entre Ríos, que prevé la “capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres” mediante la creación del Programa Nacional de Capacitación Institucional para formar a todos los funcionarios de la gestión pública de los tres poderes del Estado, haciendo pasibles de sanciones disciplinarias a los funcionarios y empleados públicos que “se negaren sin justa causa” a “capacitarse”.
Dentro de los contenidos mínimos -fijados por el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad- para las capacitaciones están, por ejemplo: “Sexo y género”, “Estereotipos de género”, “Socialización de Género”, “Identidades de género, orientaciones sexuales y expresiones de género”, “Introducción al concepto de patriarcado”, “Masculinidad hegemónica y construcción de nuevas masculinidades”, “Binarismo, cisexismo y heteronormatividad”, “Odio de género(s): Femicidios. Travesticidios, Transfemicidios y crímenes de odio” y “Travesticidio social”. Como se ve están previstas toda clase de fantasías, destructivas de la naturaleza, impuestas por leyes aberrantes, que van instalando en la sociedad un desorden sin límites.
Como hemos visto, los últimos gobiernos en esta materia no se diferencian, han aceptado sin beneficio de inventario, los dictados del poder mundial en cuanto la adopción de la política de género. Podemos afirmar, para mal de la argentina, que se trata de las pocas políticas que tienen continuidad y más aún se han profundizado con la complacencia de casi todo el espectro político. Todas las leyes y normas que agravian tan groseramente el orden natural han sido aceptadas casi sin excepción. Digo casi, por cuanto la discusión del aborto fue, quizá, la única que despertó más resistencia.
Los planes oficiales de Educación elaborados para los colegios públicos y privados en esta materia, invaden las conciencias de los niños, desde los inicios, para subvertir los valores y rectos principios, con el propósito de producir un cambio profundo en la sociedad. La polución del alma de los niños es satánica. Clara evidencia de lo que estoy diciendo, a título ejemplificativo, por cuanto se podría abundar mucho sobre el tema, es la creación del sitio “Chau Tabú” lanzado por el gobierno porteño en tiempos de Macri como Jefe de Gobierno, para difundir información sobre salud sexual y reproductiva entre adolescentes y jóvenes, en el marco de la lucha contra el SIDA. En una suerte de cuestionario de consultas básicas, el sitio se pregunta, entre otras cosas: “¿Hace mal masturbarse?”. La respuesta es: “No. De hecho, hace bien, ya que es una práctica sana y placentera.”
La página web (buenosaires.gob.ar/salud/) ofrece una comparación de métodos anticonceptivos, entre ellos, la cuestionada píldora del día después, para ayudar a los chicos a elegir cuál es el más indicado para su situación. Además, dispone de un consultorio online, en el que un grupo de profesionales y especialistas responden dudas de manera anónima y confidencial. Los consejos van desde información básica sobre sexualidad hasta relaciones con parejas del mismo sexo. También hay videos, con información sobre embarazo y métodos anticonceptivos.
Desde la vice jefatura de gobierno, es decir, María Eugenia Vidal -a la que gran parte de la sociedad la tiene como un “angelito”-, recordaron que el objetivo de la página es “prevenir enfermedades de transmisión sexual y derribar mitos” y que la mejor manera de hacerlo es “hablar llanamente”. Asimismo, sostuvieron que el desarrollo del portal contó con el asesoramiento de especialistas de los ministerios de Salud y Educación y recibió el respaldo de prestigiosas fundaciones. Obviamente se refiere a poderosas corporaciones que responden seguramente a Soros, Rockefeller, la Fundación Ford, etc.
En sintonía con estos esperpentos están los dibujos animados de Walt Disney, poderosa empresa que esta decididamente enrolada en la política de género, impulsando la homosexualidad, envenenando las cabezas de los chicos en el mundo entero. Los padres deben empeñarse en controlar lo que ven los chicos por televisión y en el uso de los telefonitos, aparato que manejan admirablemente bien. Me pasó con mis nietos más chicos que estaban viendo dibujitos animados por televisión, me asome un instante y justo veo un par de muñecas agarradas de la mano y una le dice a la otra, “me parece que me estoy enamorando”. Inmediatamente apague el aparato y les di un sermón adecuado a la edad. Me contestaron que se trataba de una serie en el canal para chicos de Walt Disney. Vuelvo a repetir se trata de un procedimiento satánico. Hay que recordar el pasaje del Evangelio donde Jesús advierte con energía lo que les sucede a quien escandalice a los chicos “más les valiera no haber nacido”.
En este catálogo de aberraciones que se han ido sucediendo en el mundo y en nuestro país en orden a la reingeniería social, como la denominaba el padre Sanahuja, nos encontramos con la llamada “fecundación in vitro”. Este experimento dio lugar al nacimiento de Louise Brown en 1978 que, según confesó el autor, Robert Edwards, costó más de 100 embarazos frustrados, seguramente se quedó corto. De todas maneras desde ese entonces a la fecha, en el mundo han quedado en el camino millones de chiquitos, eliminados en primer lugar en virtud de los fracasos que conlleva el experimento, no olvidemos que para asegurar el éxito de la operación se introducen en el útero materno varios embriones, tratando que nazca uno.
En segundo lugar están los que van a parar a las sentinas de los laboratorios por el descarte, luego de la selección que hace el científico. Años después se alcanzó la posibilidad del congelamiento de embriones, a partir de lo cual no fue necesario introducir muchos embriones ya que los sobrantes iban a parar a la congeladora. Ahora bien este destino de los pobres chiquitos, que no pasan la primera selección, es la antesala de la muerte, pues quedan librados a la suerte de que los padres decidan una nueva experiencia con un nuevo hijo. Lo que en el mundo moderno es cada vez más remoto. En definitiva, pueden quedar en la congeladora por años y finalmente mueren. En Inglaterra, que son más pragmáticos, sacaron una ley por la cual si esos chiquitos pasan más de cinco años sin ser reclamados, se los elimina. En nuestro país no hay ninguna ley que regule la situación de estos menores ni tampoco se lleva un control de los existentes en los laboratorios. Pueden ser miles.
Este procedimiento, recuerdo que despertó en mucha gente entusiasmo, con el argumento de que las madres que deseaban un hijo y por cualquier motivo no les era posible, ahí tenían la solución, sin reparar el origen espurio de la operación y todas las consecuencias que en el futuro seguirían a estos experimentos, a partir de que el científico se convertía en árbitro de la vida y de la muerte de un ser humano. Mucho se podría decir de todo lo que vino aparejado como consecuencia estos logros científicos, intrínsecamente vituperables, que atropellan a la naturaleza. Citaré dos situaciones ocurridas en nuestro país, a cual más aberrante, que patentizan la degradación a la que hemos llegado.
Hace un par de meses, ocurrió un hecho que fue muy ponderado en diversos medios, como un acto sublime de amor, lo que en realidad repugna groseramente a la naturaleza. El hecho se origina en un acto intrínsecamente perverso. Efectivamente para llevarse a cabo la fecundación se recurre a la fabricación del chico en el laboratorio y para su gestación se recurre a un vientre tercero, en este caso nada menos que el de la madre de quien produjo el óvulo, con lo que resulta ser madre y abuela del chiquito. Esta secuencia es claramente un esperpento, con independencia de las intenciones de los intervinientes. Ignoro como se produjo la inscripción en el Registro Civil.
Hace pocos meses, una nota publicada en La Nación, también muy sensible, da cuenta que una Juez Nacional en lo Civil ordenó la inscripción de una criatura dentro de un nuevo tipo de familia que denomina “Poliamor Registral”, compuesta por una pareja de homosexuales que fungen como padres y una mujer anotada como madre del niño que lo gestó y fue producido en un laboratorio. En este experimento confluyen varios actos aberrantes, dónde no hay límites ni morales ni de ninguna especie y la primera víctima es el chiquito. Menuda tarea tendrán en el futuro los psiquiatras con estas pobres criaturas.
Capítulo aparte es el aborto, la culminación de la maldad a la que puede llegar el hombre. Si bien desde tiempo atrás cada tanto surgía la posibilidad del tratamiento de una ley que lo autorizara, la materia resultaba tan chocante, que ningún político se animaba a ponerlo en debate, sobretodo en campaña. Entre gallos y medianoche un día apareció el presidente Macri, muy suelto de cuerpo, aduciendo que tenía una deuda con la sociedad y que enviaría el proyecto al Congreso. No existía ningún reclamo social más allá de los ideólogos de siempre. Fácil es de imaginar que le fue impuesto de afuera y rápidamente aceptado por un hombre sin convicciones. Casi inmediatamente vinieron los cincuenta millones de dólares del FMI. A renglón seguido, todos recordamos con nostalgia como se movilizó la Argentina en masa para resistir semejante ignominia. Luego vino la catástrofe.
En medio de un clima festivo, el presidente Fernández, ufanándose de haber cumplido, por primera y única vez, con su palabra, lanzó el siniestro plan de exterminio de chiquitos argentinos. Se dijo que ese acontecimiento fue un triunfo del feminismo en pro de la libertad de las mujeres. Eso que llama libertad ahora posibilitará que puedan matar a sus hijos impunemente.
En el arrebato que imperaba, en la tribuna se llegó a gritar: “Aborto legal en el hospital, la Iglesia Católica Apostólica Romana que se quiere meter en nuestra cama”, lo que patentiza el grado de perversión que domina a esta gente. Esta ley, fruto del más gigantesco extravío moral, la más inicua y cruel de la historia argentina, aunque vigente, debe ser resistida por los médicos, profesionales o empleados de la salud, sanatorios, clínicas, hospitales, empresas de medicina prepaga, entidades públicas o privadas, oponiendo, frente a las obligaciones que prescribe, el derecho a la objeción de conciencia, garantizado por la Constitución Nacional y los tratados internacionales de derechos humanos, por lo que no cabe intervenir o cooperar para dar muerte a niños inocentes en ningún caso cualquiera que sea su grado de desarrollo.
El capítulo VII del libro refiere a una resumida crónica de la destrucción de la ley en la argentina en lo que se refiere al matrimonio como institución. Tomaré parte de la misma para que no se haga larga esta perorata. Hasta 1980, la Argentina era de los pocos países que no aceptaba el divorcio vincular, la familia era en ese entonces un valor protegido y respetado. Debemos rendirle homenaje a Vélez Sarsfield, que a través del Código Civil, la organización de la sociedad se asentaba sobre valores respetuosos del orden natural.
Llegamos a 1983, en la antesala de las elecciones ya se asomaban reformas en la organización tradicional de la familia argentina. Desde la Corporación de Abogados Católicos (Corporación de Abogados Católicos - Home) impulsamos la publicación de una solicitada en el diario La Nación, en la que se pedía a los partidos políticos y a los candidatos, definiciones concretas respecto a la defensa del matrimonio indisoluble. La solicitada decía “NO al adulterio y al divorcio vincular, NO al aborto, NO al asexualismo y a la pornografía, SÍ a la familia”. Se afirmaba que no se puede construir el país sobre el crimen y la disolución.
Se colectaron más de 20.000 firmas que ocuparon siete páginas del diario. No hubo, ni antes ni después, una solicitada de semejante magnitud. Ningún candidato de los partidos más importantes, peronista y radical, se animó a pronunciarse a favor del divorcio durante la campaña, todavía se tenía cierto temor reverencial a la reacción de los católicos y de la Iglesia.
A poco andar del gobierno constitucional de Alfonsín, el Partido Radical promovió la modificación del régimen vigente de la Patria Potestad por la Patria Potestad Compartida. En realidad, no existía ningún reclamo social sobre el particular, podríamos afirmar que se convivía pacíficamente bajo el régimen consagrado en el Código Civil desde su vigencia. Lo cierto es que el proyecto fue lanzado como globo sonda para verificar el grado de aceptación social y sobre todo de la iglesia, como para, a renglón seguido, lanzar el tema del divorcio. Hubo una oposición, no suficientemente vigorosa de parte de la Iglesia, salvo algunos Obispos y asociaciones de laicos, como la Corporación de Abogados Católicos, por lo que desde el espectro político se percibió que el terreno estaba preparado para tratar el divorcio vincular.
Así las cosas, en el año 1986, un Juez de Instrucción, Juan Bautista Sejean, divorciado, intentó casarse con quien convivía, también divorciada, y al serle negada la posibilidad, por la vigencia de la ley 2393, inició un recurso de inconstitucionalidad de la ley, aduciendo que la imposibilidad de disolver el vínculo vulneraba la libertad de los contrayentes. La Corte Suprema hizo lugar al recurso y declaró la inconstitucionalidad de la ley con los votos a favor de Fayt, Petrachi y Bacque y, en contra, Bellucio y Caballero.
Este fallo tuvo una enorme repercusión, si bien no hay certeza, se podría afirmar que se trató de una causa “armada”, ya que el Presidente Alfonsín se sustentó en ella para enviar el proyecto de divorcio al Congreso, aduciendo que había que evitar “el escándalo jurídico”, contrariando así lo que había anticipado en la campaña, que no propiciaría el divorcio. Luego hubo alguna demora en enviarlo al Parlamento ante la inminente visita a la Argentina del Papa San Juan Pablo II. Parecía demasiado chocante la coincidencia de tan ilustre visita mientras el gobierno y la mayoría del Congreso estuvieran bregando para sancionar semejante tropelía.
Hubo algunos jueces civiles que se apresuraron a fallar a favor del divorcio vincular, en consonancia con lo dispuesto por la Corte, quizá por algún afán de protagonismo, ya que por ser exóticos esos fallos, aparecieron en los diarios. Hubo uno, que recuerdo especialmente por que motivó una carta de lectores que me publicó La Nación, en la que critiqué sus absurdos y endebles fundamentos. Repito casi textualmente uno de sus considerandos: decía que “el derecho de casarse conlleva el de equivocarse y el de erigirse sobre las cenizas del fracaso para intentar una vez más la mágica aventura del matrimonio”.
En la carta empecé por decir que un juez civil no puede desconocer la trascendencia del matrimonio en la sociedad, y hacer descender la institución a “una mágica aventura”, además de la cursilería de la expresión. Ni los Obispos, en general, ni la dirigencia política ni la sociedad, plantearon una oposición con la envergadura que merecía tan profundo ataque a la familia argentina.
El matrimonio que por naturaleza es indisoluble, cuando perdió esta nota esencial, para la ley dejo de existir como institución, su desprestigio es tal que hoy parece normal no casarse, con gravísimas consecuencias para la sociedad que debe estar organizada sobre la base de familias estables, sólidamente edificadas sobre el matrimonio indisoluble. La ley es docente, sus disposiciones se van instalando como modelo en la sociedad y el divorcio tuvo efectos devastadores aquí y en el mundo, sirvió como instrumento para destruir la familia verdadera, posibilitando la creación de protervos remedos del matrimonio.
Consciente de haber dejado temas muy importantes en el tintero, recomiendo leer el libro y le pido a Breide que continúe en la lucha por la vigencia de la verdad, más que nunca en medio de una de las peores herejías de la historia, que es el relativismo. Sin Dios cualquier cosa puede pasar, todo estará permitido. Muchas gracias.
